El Aprendizaje Activo
Se basa en una teoría de aprendizaje llamada Constructivismo, que enfatiza el hecho de que los alumnos construyen su propio conocimiento. Jean Piaget (1896–1980), psicólogo y precursor del Constructivismo, investigó el desarrollo cognitivo de los niños, y observó que sus conocimientos se construían de manera individual, poco a poco. En el proceso de construir el sentido, los niños reemplazan o adaptan conocimientos previos con niveles más profundos de comprensión.
Objetivo es:
Promover en los estudiantes las habilidades de búsqueda, análisis y síntesis de información, así como la solución de problemas.
El profesor toma un papel de guía, ayudando simplemente a sus alumnos cuando se encuentran con problemáticas que no pueden resolver por ellos mismos.
Las estrategias de aprendizaje activo incluyen pedir a los estudiantes que:
- Demuestren un proceso
- Analicen un argumento
- Lleven a cabo experimentos
- Apliquen un concepto a una situación del mundo real
- Realicen ejercicios escritos cortos
- Participen en la resolución de problemas
- Lleven a cabo investigaciones y presenten los hallazgos
- Debatan los conceptos con sus compañeros
- Participen en simulaciones del mundo real
- Mantengan un debate
- Creen videos
- Realicen viajes de estudio reales o virtuales
- Trabajen de forma colaborativa
Incorporar el aprendizaje activo en un programa de estudios basado en clases tipo cátedra puede representar un desafío. Dos métodos han demostrado ser útiles: la clase breve y la clase de escucha activa. Para emplear el enfoque de clase breve, el instructor imparte la información en fragmentos cortos. De diez a veinte minutos por vez. A continuación, hace una pausa para que los estudiantes puedan consolidar sus notas, encontrar los datos que faltan y trabajar con sus compañeros para completarlos.
Otras técnicas incluyen lo siguiente:
- Pensar-agrupar en parejas-compartir. Las actividades de pensar-agrupar en parejas-compartir se han convertido en un pilar del aprendizaje activo. Después de una lección, los estudiantes se toman un momento para pensar en el contenido. A continuación, comparten sus reflexiones con uno o más compañeros. El paso final consiste en compartir sus reflexiones con la clase. Durante esta fase final, el instructor interviene como guía, según sea necesario, para aclarar la información.
- Debatir en clase. Utilizar el método socrático para suscitar un diálogo reflexivo promueve el pensamiento de nivel más elevado.
- Debatir en grupos pequeños. Dividir en subgrupos ayuda a que más estudiantes participen de forma activa. Las variaciones creativas incluyen convertir el debate en un juego, una competencia o una tarea.
- Elaborar un “ensayo de un minuto”. Las respuestas escritas cortas constituyen una excelente manera de revisar el material y evaluar la comprensión de los estudiantes.
- Revisar el trabajo de los compañeros. Los estudiantes revisan y comentan el material de los demás.
- Jugar a los roles. Este método puede adaptarse de muchas maneras. Los estudiantes pueden adoptar la perspectiva de personajes ficticios o históricos. Se los puede desafiar a que examinen un tema, una pregunta o una controversia.
- Aprender con juegos. Las actividades competitivas o cooperativas son importantes. Pueden abarcar el espectro que va desde lo tradicional hasta lo creativo. Desde la tecnología mejorada hasta la acción en vivo.
- Formar grupos colaborativos de aprendizaje. A los grupos integrados por varios estudiantes se les encomienda una asignación o una tarea para que trabajen juntos. Podría consistir en cualquier cosa, desde responder una pregunta hasta realizar un proyecto práctico, cualquiera de las cuales podrá tener que presentarse frente a toda la clase.
- Aprender mediante la enseñanza. Los estudiantes adquieren un conocimiento profundo y, a continuación, instruyen a sus compañeros.
El aprendizaje pasivo es más lo primero que lo segundo. Por el contrario, el aprendizaje activo desarrolla el pensamiento crítico y las habilidades para resolver problemas.
Los beneficios del aprendizaje activo en comparación con las clases tradicionales están ampliamente documentados. En doscientos veinticinco estudios, para ser exactos. Por un lado, los resultados de los exámenes mejoraron.
Por otra parte, las calificaciones promedio aumentaron en media letra. Por último, las tasas de reprobados disminuyeron en un 55 %. Eso hace que valga la pena repetirlo. Este metaanálisis masivo demostró que en las clases tradicionales, los estudiantes reprobaron con una frecuencia del 55 %. Los autores concluyeron que si esto se aplicara a la comparación de dos intervenciones médicas, obligaría en términos éticos a trasladar a todos los participantes al grupo de resultados positivos.
Otros estudios han aportado mayor claridad sobre los efectos positivos del aprendizaje activo frente a la clase tradicional. Entre estos beneficios se incluyen los siguientes:
Otros estudios han aportado mayor claridad sobre los efectos positivos del aprendizaje activo frente a la clase tradicional. Entre estos beneficios se incluyen los siguientes:
- Mayor comprensión y memoria.
- Mayor conocimiento del contenido.
- Mejor pensamiento crítico y capacidad para resolver problemas.
- Actitudes más positivas hacia el aprendizaje.
- Mayor entusiasmo tanto de los estudiantes como de los instructores.
- Mayor desarrollo del pensamiento creativo, de la adaptabilidad, la comunicación y las habilidades interpersonales.
Referencias:
https://www.viewsonic.com/library/es/educacion/que-es-el-aprendizaje-activo-y-por-que-es-importante/
https://inecuh.edu.mx/moodle36/pluginfile.php/261337/mod_label/intro/Semana%208%20comunicaci%C3%B3n.pdf
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